Vida en Titán

titan-640x426

Más allá de Marte y del cinturon de asteroides, en el Sistema Solar exterior, donde moran las esferas gigantes (Jupiter, Saturno, Urano, Neptuno), podría haber vida.

Sí, vida. No vida superior, o vida inteligente o consciente, ni con civilización tecnológica o cultural, pero vida. Podría haberla, aunque ínfima. Aunque ínfima sea también la posibilidad de que la haya.

Los exobiólogos, que estudian la vida fuera de la Tierra (o sea, de momento tan sólo su posibilidad), han centrado su atención en los organismos llamados extremófilos. ¿Qué organismos son esos? Pues organismos terrestres (procarióticos principalmente, aunque también hay algún eucariota) que son capaces de apañárselas en la misma Tierra, pero en condiciones extremas. ¿Qué condiciones? Pues acidez extrema (acidófilos), basicidad (alcalófilos), salinidad (halófilos), temperatura elevada (termófilos), temperatura baja (sicófilos). En fin diferentes parámetros, pero extremos.

Estudiando las condiciones en las que esos microorganismos salen adelante, pueden los exobiólogos extrapolar hacia otros planetas esas mismas condiciones extremas para microorganismos no terrestres.

Titán: destino exquisito

Titán es una de las lunas de Saturno, y destino exquisito de exobiólogos. Es la segunda luna más grande del Sistema Solar, tras la jupiterina Ganímedes. Su nombre está muy bien puesto, teniendo en cuenta su tamaño. Es un cuerpo que se mueve en torno a un planeta -lo cual obliga a considerarlo luna o satélite-, pero es mayor que Mercurio, por ejemplo.

Titán es uno de los cuerpos celestes que más han excitado la imaginación de los escritores de ciencia-ficción a lo largo del XX, siglo como se sabe fatigado de Ciencia y Fantaciencia. Robert A. Heinlein, John Varley o el valenciano Javier Redal (con su Naufragio en Titán) son algunos de los autores que han colocado sus desarrollos fantacientíficos en esa luna de Saturno. Quizá sólo el buen viejo Marte haya tenido mayor tirón popular en los pulps o en los libros de SF que les sucedieron.

El mayor satélite de Saturno tiene una serie de características físicas y físico-químicas que lo hacen muy apetecible para esos buscadores de pepitas bióticas que son los exobiólogos o astrobiólogos (también llamados). Para empezar: la densa atmósfera que posee, que lo asemeja a la Tierra (a la Tierra primitiva, más bien) y lo convierte en un caso atípico entre los cuerpos del Sistema Solar. Una atmósfera de nitrógeno e hidrocarburos. (Y la presión atmosférica más cercana a la terrestre de todo el Sistema). Los hidrocarburos, por cierto, y en especial el metano son los responsables del tono anaranjado de esa luna. La densa atmósfera impidió durante bastante tiempo poder echarle un vistazo a su superficie. Las sondas Voyager 1 y 2 que pasaron junto a Titán en 1980 y 1981 no pudieron ver gran cosa de su superficie o más bien, nada.

Suerte muy diferente ha sido la de la misión Cassini-Huygens (Christian Huygens, astrónomo holandés, fue quien descubrió Titán en 1655). La sonda Cassini abandonó la Tierra en 1997 y se llegó hasta el sistema de Saturno en 2004. La Huygens es la sonda -europea (ESA), por cierto, en tanto que la Cassini (NASA) es estadounidense- que transportada por la Cassini, descendió sobre la superficie de Titán, en el año 2005.

La misión Huygens

Es mucha la información enviada a la Tierra por la Huygens. Imágenes, películas, sonidos. Y muchos datos inéditos, para acabar de completar el perfil de Titán. Y en el futuro próximo elucidar si hay o no vida, o puede haberla habido, aunque esto es algo más peliagudo, claro.

La atmósfera del satélite está compuesta, como se dijo más arriba, por nitrógeno e hidrocarburos, entre ellos fundamentalmente el metano. Por efecto de la radicación solar, ese metano puede transformarse en una molécula ciertamente energética como el acetileno o etino (dos carbonos unidos mediante un enlace triple), lo cual puede ser de interés de cara a las disponibilidades energéticas, necesarias para cualquier protovida, por mínima que sea.

El metano haría allí de agua. El más simple de los hidrocarburos está presente en la atmósfera y en la superficie, donde lo encontramos conjuntamente con etano (dos carbonos, en tanto que el metano tiene uno) y agua. La superficie en definitiva, está constituida por hielo sucio -hielo de agua mezclado con otras substancias, como hidrocarburos- que haría el papel de las “tierras emergidas”, (si usásemos el simpático simil terrestre)- y los lagos o mares de etano y metano. Algunos de estos “lagos” han sido fotografiados por la Huygens, en su garbeo por Titán.

El satélite sería un cuerpo constituido por material rocoso, por un lado, y hielo e hidrocarburos. O sea que, al igual que Europa y otros satélites exteriores tiene un núcleo rocoso, lo cual lo aproxima a los planetas interiores del sistema solar como Marte o la Tierra. En tanto que los planetas exteriores propiamente dichos, como Jupiter o Saturno, son esferas de gas y líquido aunque con -posiblemente- un núcleo metalo-rocoso (mínimo aunque tal vez del tamaño de la Tierra).

Candidato número uno

En definitiva. Titán es quizá en el momento actual el candidato número uno de los exobiólogos, quizá por delante de Europa (satélite de Júpiter, con su famoso océano de agua bajo su superficie) y del eterno candidato Marte. Por lo menos ahora, tras la información suministrada por la Cassini-Huygens, la mayor luna de Saturno estará de «moda» durante algún tiempo.

Quizá alguno de esos tres cuerpos (Titán, Europa, Marte) conviertan de una vez por todas a la Biología en una Ciencia Universal (ahora lo es pero de un modo más bien especulativo), como lo es la Física y no en el «localismo» científico que ha venido siendo hasta ahora.

Seguiremos informando. El material de la Cassini-Huygens, como el arte, es largo.

7 comentarios sobre “Vida en Titán

  1. Ojala se les ocurra explorar adecuadamente europa y que no contaminen un ecosistema virgen perforandolo al momento de hacer investigaciones.

Deja un comentario