La Voz del Amo, de Stanislaw Lem

A pesar de su densidad, La Voz de Su Amo (1968), es una de las novelas más fascinantes del polaco Stanislaw Lem (1921-2006), acaso el más grande autor de los que hayan escrito en eso que suele etiquetarse como ciencia-ficción. Pero más allá de los etiquetajes (que a menudo solo sirven para alimentar prejuicios y dificultar una valoración crítica y/o estética adecuada), con Lem sin duda estamos ante uno de las mayores figuras literarias del siglo XX. Y ello a pesar de que quizá algunos críticos y académicos (de formación esencialmente humanística) no estarían muy de acuerdo con este aserto.

Personalmente estoy convencido de que la importancia de Stanislaw Lem dentro del mainstream literario irá creciendo según avance el presente siglo. Tal cosa sucederá a medida que el impacto social y cultural de la tecnociencia (cada vez más abrumador y gigantesco) se deje sentir también en el mundo de la creación con propósito estético. De hecho, si hablamos de humanidades, no hay una mayor que la ciencia y el conocimiento basado en la evidencia, y tal idea no puede sino abrirse paso con el tiempo.

En La Voz de su Amo, Lem nos presenta un escenario similar al de Contact (1985) de Carl Sagan. Un mensaje procedente de las estrellas llega a la Tierra, se abre camino hasta el corazón de nuestra civilización, dejando a nuestros científicos e intelectuales llenos de zozobra. Mientras se dilucida si dicho mensaje es o no de origen artificial (es decir, si procede de una tecnología extranjera desde un planeta y un sol distantes), el impacto de dicho mensaje sacude todos los departamentos de nuestra cultura humana. Todo se ve sacudido y fuertemente influenciado. Desde la teología hasta el arte, pasando por la filosofía, la antropología, la psicología, la sociología o la política. La Voz de su Amo puede leerse, igual que otras obras de Lem, como uno de esos ricos y rebosantes textos borgeanos que se mueven entre la ficción y el ensayo, que borran la divisoria entre géneros.

La obra de Stanislaw Lem no es solo un verdadero festín intelectual: es también una representación de la cultura en un sentido total: aquel que incluye la ciencia experimental y la técnica en el entramado de nuestra vida y preocupaciones.